El Problema Catalán, Un independentismo muy “europeo”

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Nadie está más esclavizado que aquel que se cree falsamente libre.

Historia ModernaLa Gran Conspiración

El Problema Catalán, Un independentismo muy “europeo”

En primer lugar, resulta cuanto menos significativo que Junts Per Sí, la plataforma más emblemática del secesionismo catalán que continuamente recurre a conceptos tales como los de “soberanía” e “independencia”, apueste en su programa por la permanencia de Cataluña en la dictadura tecnocrática de la Unión Europea y la zona Euro. Tal y como expuso Daniel Marty en un acertado artículo de Telesur [1]:

“Aquí radica la principal contradicción lógica. Por un lado, Junts argumenta a favor de la independencia de Madrid y la interferencia de los no catalanes en los asuntos de Cataluña y su derecho a la soberanía y la autodeterminación, y por otro, expresa una voluntad inequívoca de permanecer dentro de la UE y tener cada norma de la UE con cada tratado todavía efectivo e incuestionable.”

Por su parte, el politólogo ruso Ivan Danilov profundiza en esta marcada característica de un independentismo catalán que se muestra tan beligerante contra el gobierno español como sumiso frente a las ambiciones cada vez más acaparadoras de Bruselas [2]:

“El separatismo catalán no es una lucha por la independencia nacional, sino una lucha por la posibilidad de una subordinación directa de Cataluña a los burócratas de Bruselas sin los mediadores de Madrid. Quieren “más Europa y menos Madrid”, es decir, ni siquiera es una lucha por la independencia, sino más bien una secesión a favor de la Comisión Europea. No es casualidad que el principal defensor de aumentar la influencia de la Comisión Europea y el desmantelamiento de estados nacionales europeos, George Soros, financie a dos organizaciones catalanas que desempeñan un papel clave en la lucha por la pseudo-independencia catalana.”

Para comprender mejor qué se esconde detrás de esta desconcertante cantidad de incoherencias, hemos de aclarar algunas cosas con respecto a la actitud de la Unión Europea hacía los diferentes movimientos separatistas que han resurgido bajo su territorio en las últimas décadas.

El peligroso “doble juego” de la UE

A pesar de que la posición oficial de la Unión Europea es la de respaldar a España al respetar la soberanía y las leyes internas de todos sus países miembros, la realidad es que desde hace muchos años está promoviendo de manera soterrada a diversos organismos e instituciones que promueven las reivindicaciones de movimientos separatistas y regionalistas de toda Europa. El investigador francés Pierre Hillard explica las razones de ello [3]:

“Bruselas, que ha asumido la causa regionalista, quiere debilitar a los Estados con el fin de ser el único amo a bordo y conseguir así la creación de un bloque europeo compuesto por una miríada de regiones sometida a su única autoridad. También es cierto que esta evolución podría facilitar la creación de un mercado transatlántico donde sólo dos interlocutores – la administración de EEUU y la Comisión Europea – se enfrentarían vis-à-vis . Por lo tanto, el principio regionalista provocando la muerte de las naciones permitiría la emergencia de ciudades-estados y de regiones en el marco de una Europa federal y ferozmente tecnocrática. Nada está llegando al azar, tal desarrollo es promovido por las principales entidades financieras y las multinacionales en base a las medidas de diferentes mentores, como Leopold Kohr (1909-1994).”

En efecto, según Hillard, Alemana promueve a través de la UE toda un retahíla de organismos como la Unión Federalista de Comunidades Étnicas (UFCE-FUEV), el Centro Europeo de Promoción de las Minorías (ECMI) o la Oficina Europea de Lenguas Regionales y Minoritarias (EBLUL), todos ellos avalados por el Consejo de Europa y la OSCE, cuy nada disimulado objetivo es la disolución efectiva de los Estados-Nación europeos. Asimismo, el reconocimiento legal por parte de las instituciones europeas al federalismo regionalista queda patente en documentos como las Cartas de la Autonomía Local y Regional o el Convenio-marco sobre la Cooperación Transfronteriza, conocido como la “Carta de Madrid”.

Así, vemos que la UE utiliza la llamada “cooperación transfronteriza” junto a criterios étnico-regionales para descomponer la soberanía de los Estados miembro -hecho que es sistemáticamente silenciado por los grandes medios corporativos- a la par que ha fomentado proyectos como el de las llamadas “eurorregiones”. Es muy curioso que sean precisamente los líderes nacionalistas Íñigo Urkullu y Carles Puigdemont quienes estén liderando con más entusiasmo los proyectos eurorregionales de Aquitania-Euskadi [4] y Pirineos-Meditererráneo [5], respectivamente. Y si investigamos un poco, descubriremos que el instrumento jurídico en el que se sustentan tales proyectos recae en la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT), un organismo que, como no podía ser menos, recibe toda su financiación de la UE [6].

¿Soberanistas al servicio de Bruselas?

No obstante, esta no es la única ocasion en la que los líderes independentistas de Cataluña y Euskadi han mostrado su apoyo expreso a los planes globalistas de Bruselas. En 2013, el por entonces presidente de la Generalitat Artur Mas declaró la necesidad de una Europa Federal “que supere los Estados-Nación” durante un viaje que realizó a Israel, enfatizando que “hay que ser generosos con esto de ceder soberanía a Europa” [7]. Este planteamiento encaja sospechosamente con el comunicado emitido hace unos meses por la directiva del PNV en el que también llamaba a conformar una Europa Federal para superar lo que los dirigentes de este partido llamaron “la forma ya caduca” de los Estados-Nación [8].

Ahora bien, es obligado contextualizar que semejantes posicionamientos euro-federalistas tienen su razón de ser si analizamos a qué grupos del Parlamento europero pertenecen estos partidos soberanistas. No es casualidad que el PDeCAT y el PNV sean miembros de la Alianza de Demócratas y Liberales (ALDE) cuyo máximo líder, el ex-ministro belga Guy Verhofstadt, propuso como solución al conflicto en Cataluña “una España federal en una Europa federal” [9].

Tampoco lo es que la Esquerra de Oriol Junqueras y Joan Tardá sea miembro del grupo europeo EFA (también conocida por Los Verdes-ALE), otra alianza que promueve una Europa federal y que cuenta con el apoyo de un nutrido y ecléctico grupo de partidos regionalistas entre los que figuran formaciones de extrema derecha como el de la Nueva Alianza de Flandes. De hecho, las declaraciones del dirigente de Esquerra Oriol Junqueras para el Círculo de Economía no dejan lugar a dudas sobre su apuesta por el euro-federalismo [10].

Digna de mención es la alianza que desde hace décadas mantienen el tándem ALDE/Los Verdes-ALE en pos de una Europa federal, la cual queda perfectamente reflejada en el manifiesto “¡Por Europa!” que fue redactado por los líderes de ambos partidos: Guy Verhofstadt y Daniel Cohn-Bendit [11]. En dicho manifiesto se llega a decir lo siguiente:

“Europa tiene que liberarse para siempre de sus demonios nacionales. Europa tiene que despojarse para siempre del ombliguismo de sus Estados nación. Realmente, en Europa es necesario un cambio radical, una auténtica revolución. Hay que construir una Unión Federal Europea.”

Nos preguntamos qué debe pensar al respecto alguien como Albert Rivera, que tanto dice defender los valores de la unidad y soberanía de España, sabiendo que su partido Ciudadanos también es miembro de ALDE [12]. Y lo mismo cabe decir de los líderes del PDeCAT y PNV, quienes reivindican la “independencia” de sus respectivas regiones en pos de una “soberanía” que, tal y como ellos mismos admiten, cederán a Bruselas a las primeras de cambio.

La mano de George Soros (y la CIA) en el movimiento federalista

Que el secesionismo catalán cuenta con importantes personajes al servicio de la causa federalista se hace evidente al comprobar que el hasta ahora conseller de Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, es miembro del grupo Spinelli, un lobby dedicado a promover una Europa federal sin estados nacionales [13]. Hay que tener en cuenta que Romeva procede del partido Iniciativa- Els Verdes (ICV), una formación que se halla estrechamente ligada a los también federalistas Verdes alemanes.

Tampoco es casualidad que los fundadores del grupo Spinelli sean Guy Verhofstadt y Joschka Fischer, este último emblemático líder de Los Verdes que es también cofundador del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), conocido por recibir su financiación del magnate George Soros [14]. Una de las asiduas consejeras del ECFR es Ulrike Guérot [15], una intelectual que promueve una “República Europea” conformada por 50 regiones federales y que es fuertemente promocionada por medios afines a la Unión Europea y a Soros [16]. Y es que precisamente una de las figuras claves del grupo Spinelli corre a cargo de Heather Grabbe, quien desde su perfil descriptivo se presenta como “directora del Open Society Institute-Bruselas y directora de asuntos de la UE para la red Soros.” [17].

Por otro lado, el compromiso de Soros con el futuro del movimiento federalista se hace notorio cuando verificamos que su fundación filantrópica financia a las Juventudes Europeas Federalistas (YEF) [18] así como al Movimiento Federalista Mundial (WFM), el cual también recibe el apoyo de la Fundación Ford e incluso de la mismísima Unión Europea [19].

De todas formas, es sabido que prácticamente desde sus inicios, oscuros intereses estan moviendo los hilos del federalismo europeo. Jean Monnet, considerado como uno de los padrea de la UE, fue acusado en su día de ser un agente al servicio de la inteligencia norteamericana tras exponer sus visiones federalistas [20]. Más adelante, ya en el año 2000, se hallaron pruebas fehacientes de que tales sospechas estaban bien fundadas. Así lo expuso Ambrose Evans-Pritchard para el periódico the Telegraph [21]:

“Los documentos fueron encontrados por Joshua Paul, un investigador de la universidad de Georgetown en Washington. Incluyen archivos publicados por los Archivos Nacionales Estadounidenses. La herramienta principal de Washington para dar forma a la agenda europea era el Comité Americano por una Europa Unida (CAEU), creado en 1948.

Los documentos demuestran que CAEU financió el Movimiento Europeo, la mayor organización federalista en los años de posguerra. En 1958, por ejemplo, aportó el 53.5% de los fondos del movimiento.

La Campaña de la Juventud Europea, una extensión del Movimiento Europeo, fue totalmente financiada y controlada por Washington. El director belga, Baron Boel, recibía pagos mensuales en una cuenta especial. Cuando el jefe del Movimiento Europeo, Joseph Retinger, natural de Polonia, se frenaba ante el grado de control americano e intentó recaudar fondos en Europa, rápidamente se le regañó.”

Así pues, los documentos indican que, lejos de ser un sueño de utópicos intelectuales europeos, la idea de Europa Federal tan ardorosamente defendida por los secesionistas catalanes y vascos es en realidad un proyecto instigado por Washington y por oscuros agentes al servicio de la agenda globalista y de la OTAN. La gran cuestión que aún queda por resolver es por qué gran parte de la izquierda antiglobalista está pasando por alto todas estas evidencias.

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