1. INTRODUCCIÓN
El punto de partida es que Catalunya sufrió, en agosto de 2017, la mayor operación criminal de su historia reciente, con este triste balance:
- En el ataque de Barcelona murieron atropelladas 13 personas y 131 resultaron heridas, 16 de ellas en estado crítico y 46 con diagnóstico leve.
- En el ataque de Cambrils se provocó la muerte de otra española, Ana María Suárez, natural de Zaragoza de 67 años, junto a seis heridos.En este mismo ataque también murieron, abatidos por la policía, los cinco asaltantes.
- El 21 de agosto de 2017 se confirmó que Pau Pérez fue acuchillado en Barcelona por Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta que atacó en las Ramblas en su huida, siendo la víctima mortal número 15.
- Días antes, en la explosión de gas que tuvo lugar en Alcanar relacionada con los preparativos del atentado, hubo inicialmente un muerto y siete heridos, apareciendo posteriormente restos de un segundo fallecido.Los dos fallecidos en la explosión y uno de los heridos eran presuntamente terroristas. En una segunda explosión por los restos del gas, hubo otros nueve heridos, seis de ellos agentes de los Mozos de Escuadra, dos bomberos y el operario de la retroexcavadora.En total, los sucesos de Cataluña provocaron heridas de diferente consideración a 155 personas de hasta 34 nacionalidades.
Un análisis detallado de los hechos apunta a que nos encontramos ante una operación de bandera falsa, operación que, en nuestra opinión, se sitúa en el marco de la estrategia desplegada en Europa desde mediados de la pasada década y cuya última fase tuvo su arranque algo más tarde. Una estrategia que,entre otras cosas, busca que las sociedades europeas incorporen entre sus creencias la de que existe una trama o conspiración yihadista que perpetra salvajes acciones de terrorismo contra la población civil. Al desviar la atención y construir un enemigo de la “civilización occidental” alimentando la división, el odio y la islamofobia, se trataría de fortalecer la idea de que la lucha contra un enemigo tan difuso, brutal e imprevisible exige inexorablemente activar cada vez más medidas de seguridad y represivas, aunque a veces se tenga que pagar un precio: la vulneración de los derechos humanos.
2. SOBRE LOS RELATOS DE LOS HECHOS
Una mirada constructivista afirmaría que los hechos, también en este caso, nunca vienen dados, sino que se construyen. En este sentido, podríamos decir que durante las últimas semanas la ciudadanía catalana y del mundo ha consumido un producto muy particular de la fabricación de la realidad, ya que intenta asentarse en eventos aparentemente incuestionables. Pero el resultado es tan inestable y extraño, que exige agudizar la atención. Tras comprobar la existencia de enormes contradicciones y valorar entre nosotras los múltiples puntos de la enrevesada versión oficial que son rebatibles, hemos decidido centrarnos, a los efectos de este artículo, en los que siguen, agrupados en bloques que hemos intentado ordenar cronológicamente.
2.1 – Explosión de Alcanar
Transcurre casi un día desde el momento de la explosión en la casa de este municipio de Tarragona (hacia las 23:15 del miércoles 16) hasta que los Mossos comunican, todavía con dudas, la posible vinculación del hecho con el atentado de Barcelona. Durante ese periodo, acuden a la casa derruida e intervienen en ella bomberos, cuatro unidades del SEM, Mossos (incluida policía científica y TEDAX), la Guardia Civil de Sant Carles de la Ràpita, técnicos de Gas Natural, de Repsol Gas Butano y de Endesa, un técnico de Industria de la Generalitat y el responsable en Terres del Ebre de Protección Civil de la Generalitat, además de representantes del Ayuntamiento. Incluso se procede al día siguiente a una intervención con retroexcavadora, momento en el que se produce otra explosión de menor intensidad. También se permite a vecinas y vecinos acercarse a la zona.
Durante esas largas horas, en las que se realizó un intenso trabajo para rescatar a posibles víctimas bajo los escombros, ninguna de esas decenas de personas encontró en esa construcción de apenas dos plantas el menor indicio de actividad terrorista, ni otro material “explosivo” que no fuera un número indeterminado de bombonas de butano y propano, cuya cantidad total fue creciendo conforme se difundía la narración oficial del suceso.
No es hasta muchas horas después de la masacre de Barcelona (a las 19:00 el alcalde de Alcanar aún decía que se manejaba la hipótesis de la venta de bombonas a turistas, mientras otras fuentes hablaban de un “laboratorio de drogas”) y de empezar a relacionar la casa con el ataque, que se comienza a hablar del hallazgo de una gran cantidad de material “para cometer atentados”: pólvora, peróxido de acetona (TATP), una gran cantidad de clavos “para ser usados como metralla”, 15 pulsadores (algunos con cable) para activar explosiones, cinturones de explosivos, restos de TNT, una pistola taser y otros elementos como bicarbonato, acetona, agua oxigenada, páginas del Corán y una supuesta carta de ISIS a Abdelbaki Es Satty que este dirigió a sus “fieles radicalizados”, según se dijo.
Probablemente, la lista de todo lo que supuestamente contenía la casa es más larga.
En el caso del TATP, el impactante nombre que ha recibido estos días en los medios es el de “Madre de Satán”, sin duda para evocar en nuestro imaginario la idea del “diabólico” terrorismo islamista. Algunos medios han indicado, sin embargo, que lo que se encontró en realidad fueron varios contenedores con material para fabricarlo: ácido, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y envases con decenas de litros -después se habló de 500- de acetona.
Respecto a las bombonas, el hecho de dar en la versión oficial un número total tan elevado, que ha variado entre 103 y 125 según las fuentes, obliga a dar una explicación acerca de cómo las obtuvieron los inquilinos del lugar. Las autoridades no han sabido dar aún ninguna explicación, a pesar de que no sería difícil rastrear su origen en esa u otras comarcas y de que cuentan con una persona a la que han hecho encarcelar por su presencia allí y su presunta integración en la “célula”.
Queda mucho por conocer en relación a Alcanar. Por ejemplo, el verdadero origen de la explosión. Entramos en un terreno especulativo, pero para abrir posibilidades de avanzar en ocasiones es preciso hacerlo.
¿Pudo ser un accidente en el que las afectadas fueron otras personas (algunos vecinos de la zona afirmaron que allí residían dos personas de origen magrebí) y cuya gestión se “adaptó” de forma precipitada para que encajara como uno de los escenarios donde aparecerían varios cadáveres de los “terroristas”?
¿Se trató de una explosión provocada para ir eliminando personas, y por tanto pruebas, desde la víspera de la operación principal?
Lo cierto es que las noticias de la explosión se difundieron rápidamente, y a pesar de ello gran parte del resto de miembros de la “célula” continuó haciendo vida normal durante largas horas.
La última observación que queremos hacer en este apartado tiene que ver con la calidad del “manual secreto de seguridad” que según determinada prensa usaban individuos como el propio Abdelbaki es Satty, ahora apodado como “imán de la célula de Barcelona” y que habría vivido en esa casa de la comarca del Montsià.
https://politica.elpais.com/politica/2017/08/27/actualidad/1503855550_126577.html
Creemos sinceramente que ese manual necesita una urgente actualización, o que en su próxima edición sea más conciso y tenga menos páginas, ya que posiblemente debido a eso el “imán de la célula” no llegó al capítulo donde debería decir que, de cara a la seguridad de una unidad especial del Estado Islámico que pretende volar Barcelona y poner en jaque a Occidente, no es tal vez la mejor idea meterse de ocupas en una casa propiedad de un banco (este mismo o algún vecino podría presentar una demanda, sin contar las molestas visitas de técnicos o inspectoras), andar de aquí para allá con bombonas adquiridas con la venta de oro y joyas de origen incierto (operación que dio el espectacular monto de 1.200 euros, según nos han contado), comprar material en droguerías o ferreterías y manipularlo al calor del hogar para fabricar algo que explote, etc.
Y que no hay que hacerse un lío: si se opta por el butano, pues a por butano; ¿que no se usa, pero por si acaso mejor tener más?, pues más butano; si luego se ve mejor la pólvora, pues la pólvora; si al final mejor el TATP, pues el TATP, pero hay que aclararse, porque ir comprando cosas para acumularlas en casa denota la existencia del conocido síndrome de Yihadiógenes.
Bien, nadie se dio cuenta de nada, pero luego pasa lo que pasa.
Apagamos aquí -por ahora- la ironía desatada al hilo de un “manual” que nos recuerda a otro, muy célebre, para denunciar torturas. Un material que, por lo visto, debió existir durante décadas, pero que jamás llegaron a encontrar las FSE en poder de los detenidos acusados de pertenecer a ETA, GRAPO, Terra Lliure o a cualquier otro grupo u organización.
“El humor nos salvará de la demencia”.
2.2 – Rambla: irrupción y huida
Respecto a la entrada en la Rambla, no es concebible que, dado el número de cámaras existentes en la ciudad, a estas alturas los responsables de la investigación no hayan indicado cuál fue al menos parte del recorrido de la furgoneta antes de su irrupción en la calle Pelai y el inicio del ataque, como si fuese algo que no tuviera la menor importancia. Nos podemos hacer además otras muchas preguntas:
¿Cuándo y dónde se incorporó al tráfico de Barcelona esa tarde?
¿Permaneció aparcado en algún lugar visible?
¿Pasó más veces por allí, ese día o en jornadas anteriores, antes de abordar la Rambla?
¿Pudo tener apoyo de algún otro vehículo como lanzadera?
¿Qué imágenes anteriores al ataque existen de la furgoneta y de quien la condujo?
Respecto a la huida, caben más preguntas.
¿Por qué no tenemos imágenes del “terrorista” en la Rambla cuando abandonó el vehículo?
¿Por qué se tardó varios días en comunicar que el “terrorista” huyó caminando y sin ningún problema por el Mercat de la Boqueria, precisamente uno de los puntos más complicados de atravesar en el entorno de la Rambla en ese momento (justamente por la acción criminal) cuando además, si había salido de la furgoneta del modo en que se nos dijo,esa persona se sabía perseguida?
Lo que ocurre es que quien pretende sostener la versión de la huida a pie no tiene margen para otra explicación: si el vehículo se detuvo por ese lado y cerca del Mercado, desde esa versión no queda otra que justificar el empleo de ese punto, que a la postre no fue solo de salida, sino también de desaparición. De no hacerlo así, habría que responder a más preguntas sobre por qué nadie vio correr al conductor por otros lugares o por qué no habría podido huir de otra forma, cuestión sobre la cual volveremos dentro de unas líneas.
Caben más preguntas.
¿Por qué al salir de la furgoneta su conductor no actuó como se nos dijo que hicieron sus compañeros de “célula” (es decir, mostrando cinturones explosivos y/o dispuesto a usar armas blancas o de otro tipo) cuando el éxito de salir indemne de las Ramblas era a priori una quimera y la situación presagiaba que no había mucho más que hacer que esperar la detención o la muerte “luchando”? ¿Por qué no contó con ningún tipo de apoyo y, teniendo teléfono (siempre según la versión oficial),tampoco pidió ayuda en ese momento a sus compañeros de “célula”, arriesgándose así a una detención casi segura y por tanto a tirar por la borda el “atentado” de Cambrils y la seguridad de sus compañeros?
¿Por qué esas imágenes no recogen la fecha ni la hora -dan la sensación de estar recortadas- y en ellas no se ve prácticamente a nadie más, cuando la masacre acababa de suceder y se estaba produciendo allí un gran alboroto?
Viendo la ropa que vestía el “terrorista”, nos preguntamos también dónde llevaba el machete con el que casi dos horas después se supone que mató a Pau Pérez. Y sobre todo: ¿Por qué se tardó hasta el lunes 21 en difundir unas supuestas imágenes del “terrorista” cruzando la Boqueria el día 17, cuando las imágenes de esas cámaras estaban en poder de los Mossos desde ese día y Younes Abouyaaquob estaba identificado como presunto miembro de la “célula” desde que la policía entró en la furgoneta?
Una pregunta similar fue planteada por un periodista a Josep Lluís Trapero, Major de los Mossos d’Esquadra, en la rueda de prensa en la que este dio cuenta el mismo lunes 21 de cómo se había “abatido” esa tarde al último “terrorista”.
Trapero sorprendió a dicho reportero y a todo al auditorio, pues no acertó a dar una respuesta coherente, como se puede escuchar en este audio a partir del minuto 46:51.
http://play.cadenaser.com/audio/cadenaser_laventana_20170821_190000_200000/
¿Por qué, ante las lógicas dudas y contradicciones en los testimonios de quienes dijeron ver al “terrorista” (unos vieron una sola persona, otros dos; unos que era calvo, otros que llevaba gorra, etc.) nadie ha querido ni siquiera plantear que la huida se pudo realizar en otro vehículo?
Un testigo plenamente identificado, que trabaja para un restaurante de la calle Hospital y que acudió de inmediato a la zona donde la furgoneta estaba ya aminorando su velocidad, ha contado a varios medios lo siguiente:
en las decenas de metros desde la última embestida de la furgoneta a un kiosco de flores hasta el punto donde se detuvo definitivamente, sobre el mosaico de Joan Miró, no iba nadie en la furgoneta y las puertas delanteras estaban cerradas.
Ese joven también contó que antes de cruzar hacia la zona peatonal de la Rambla, tuvo que esperar unos segundos para dejar pasar a un coche que circulaba rápidamente Rambla abajo, pero que no se fijó en quién iba dentro.
Así lo contó: https://okdiario.com/espana/2017/08/20/heroe-ramblas-saque-nino-bajos-furgoneta-terroristas-1253726
No disponemos de ninguna prueba de que en ese u otro coche viajara el ejecutor del atropello, pero la hipótesis que este relato -no desmentido-nos sugiere es que esa persona habría abandonado la furgoneta en la zona del kiosco para ser recogida por un coche que,o bien circulaba por la calzada desde Plaza de Catalunya o bien se había aproximado desde otro punto, y eso nos parece compatible con los datos disponibles y con un plan factible de huida. Esta es una cuestión crucial, y seguramente por eso se nos insiste una y otra vez en que solo pudo haber una huida a pie. No debe pasársenos por alto, por otra parte, que fue la acción del conductor, y no un imprevisto,lo que hizo detener el vehículo -técnicamente en condiciones aún de proseguir su ruta criminal- en un punto.
En un ataque en esas circunstancias, a esa hora y bajando a plena luz del día desde Plaza de Catalunya, era difícil provocar un número muy alto de víctimas. De haber sido fin de semana y más tarde que las 5, posiblemente estaríamos hablando de numerosas decenas de muertos.
Creemos que lo que se perseguía era alcanzar una cantidad “suficiente” de víctimas, pues el impacto en la sociedad en todo caso apenas iba a variar, y asegurar la huida. Para ello, el conductor no podía bajar todas las Ramblas, sino recorrer por sorpresa y a toda velocidad (alrededor de 15 segundos, se ha dicho, o quizá alguno menos si huyó desde el kiosco de flores) los primeros centros de metros y escapar en el acto.
No era posible continuar mucho más allá sin ser interceptado: tanto quien planificó la acción como quien la ejecutó sabían que la furgoneta sería perseguida desde el momento de irrumpir en la Rambla (es lo que hicieron varios efectivos de la Guàrdia Urbana) y los avisos emitidos iban a hacer acudir al lugar a decenas de policías en cuestión de pocos segundos más.
En suma, el desarrollo del atropello, lejos de parecernos improvisado -tal como se nos ha dicho- nos parece de una complejidad mayor que la percibida a primera vista.
Creemos que se tuvo muy en cuenta por sus responsables, y que su ejecución (por ejemplo, para no perder el control del vehículo y evitar cualquier percance que, durante el zigzagueo, lo detuviera o hiriera al conductor) exigió buena planificación y adiestramiento. Pero sobre todo habría requerido un trabajo de inteligencia -que en una ciudad como Barcelona muchas agencias presentes desde hace tiempo pueden hacer- para conocer y prever quién, desde dónde y cuándo intervendría en el escenario, ajustando después la acción en base a los datos recogidos.
Por último, creemos que el debate sobre la colocación de bolardos o de otro tipo de obstáculos solo tiene motivaciones políticas, ya que resulta obvio que de lo que se trataba era de hacer una masacre en Barcelona y que los métodos y ubicaciones posibles para ello eran, son y serán múltiples, como en cualquier otra ciudad. Más aún si esta tiene dimensiones considerables, una compleja red de transporte y una gran cantidad de puntos de atracción turística.
2.3 – Incidente en la Diagonal
La peculiar velocidad de descomposición de los cadáveres en el verano catalán.
Fenómeno sobre el cual no hemos encontrado hasta ahora ningún artículo ni estudio específico en el campo de la medicina forense. La policía descartó, entre otras cosas por el rigor mortis del cuerpo, haber matado a Pau Pérez en el tiroteo del control de la Diagonal que sucedió sobre las 18:30 del jueves. Este habría sido apuñalado horas antes por desconocidos.
Así se recoge en este medio:
www.elmundo.es/espana/2017/08/20/5998a16722601da8148b4644.html
Según se dice ahí, Pau durmió la noche del miércoles al jueves en casa de sus padres en Vilafranca del Penedès, y el último contacto que se tuvo con él fue a las 12:30 del mediodía. En otros medios, algunas personas cercanas a él han afirmado que no saben por qué y para qué pudo haber ido esa tarde a Barcelona. Si no hay declaraciones en otro sentido, eso querría decir que no hay testigos ni imágenes que puedan confirmar que el joven saliera de Vilafranca conduciendo su vehículo hasta la capital.
Pocos días después, suponemos que ante la necesidad de explicar cómo había huido el conductor de la furgoneta de las Ramblas, se dijo que este había asesinado a Pau con un machete en un parking de Zona Universitària, con el único fin de robarle el coche. Una observación: aunque por lo visto varios de los terroristas hicieron muchas “compras” de última hora, en este caso no había tiempo para adquirir en el camino ese arma -que por otra parte sigue sin aparecer- así que el fugitivo debió andar desde las Ramblas cobijándola en alguna parte ignota de su cuerpo.
Antes, personas cercanas a Pau habían indicado que este, cuando iba a Barcelona, aparcaba con frecuencia su vehículo allí para moverse después en transporte público. La cuestión es que si el asesino múltiple -Younes, según se nos asegura- salió andando de las Ramblas, hacia las 16:50, y siguió caminando sin hacer pausas, habría llegado a Zona Universitària entre las 18:10 y las 18:20, según la investigación oficial. Tras matar a Pau y dejar su cuerpo en la parte posterior del coche (no habría conseguido abrir el maletero o no le preocupó circular con Pau a la vista de cualquiera) topó con el control solo unos minutos más tarde, como hemos señalado. Escapó de allí y los Mossos dijeron haber hallado el coche a las 19:24 horas, a la altura del edificio Walden de Sant Just Desvern. Parece que tardaron cierto tiempo en comprobar el fallecimiento del ocupante, pero la alusión al estado de rigidez del cuerpo -que descartaba a los Mossos como causantes del óbito- hacía referencia obviamente al periodo transcurrido entre la muerte y el hallazgo del coche. Aunque nadie supo de Pau desde el mediodía, que nadie piense en otra versión de los hechos y en una cronología diferente, porque el rigor mortis mediterráneo (que, como vemos, aparece en poco más de una hora) no deja lugar a dudas: la policía no pudo matarlo a las 18:30, pero Younes sí a las 18:20.
La mentira tiene patas muy cortas.
2.4 – Una reivindicación precipitada
Poco después de las 21:00 del jueves 17, la “agencia de inteligencia” SITE difunde un tuit en el que dice que Amaq, la supuesta agencia informativa de ISIS, anuncia a su vez de la reivindicación del atentado de Barcelona por parte de esta organización. El tuit viene acompañado de una imagen del que sería el texto original de la declaración, apenas unas líneas en las que se dice que los autores del ataque en Barcelona
“fueron soldados del Estado Islámico y la operación fue llevada a cabo en respuesta a los llamamientos para golpear a los países de la Coalición”.
Como es habitual en los frecuentes tuits de reivindicación de ISIS que ha hecho llegar SITE a lo largo de los últimos años, no se menciona ni se indica la fuente donde se ha capturado el texto y la imagen. En el tuit se dice que Amaq habla de una “fuente de seguridad”, y por su parte SITE no da ninguna información adicional. Lo que ocurre es que cualquiera puede comprobar que es imposible rastrear la menor señal directa no solo de esa fuente de seguridad, sino también del propio texto original de la supuesta agencia Amaq e incluso de esta en sí misma, a la que sin embargo SITE parece acceder siempre sin ningún problema.
Twitter está lleno de cuentas falsas de Amaq y de ISIS, pero de lo que nadie puede dudar es de la existencia de la agencia que proporcionó la supuesta reivindicación de la matanza: SITE. Esta agencia la dirige desde Estados Unidos la israelí Rita Katz, nacida en Irak y perfecta conocedora de la lengua árabe.
http://rpp.pe/mundo/terrorismo/rita-katz-la-historia-de-la-mujer-mas-temida-por-isis-noticia-991155
SITE está especializada en lo que se ha venido a denominar ISIS. La propia Katz, en otro tuit, da credibilidad a esta “reivindicación” y señala que el atentado
“se asemeja a otros ataques inspirados por el Estado Islámico y con instrucciones de este”.
Aunque ante textos tan vagos y de dudoso origen algunos analistas afirman que no puede autentificarse su veracidad, la práctica totalidad de mass media no titubea y los da por ciertos.
Con todo, en este caso llama la atención también otro dato. Si “ISIS” a esa hora aún no había realizado la segunda parte de la operación (el intento de “atentado” en Cambrils), ¿por qué se adelantó a enviar ese texto y no esperó unas pocas horas? Reivindicar innecesariamente, mientras la operación aún se está llevando a cabo,es algo insólito. Muy probablemente, quien difundió ese “comunicado” no tuvo en cuenta que la policía catalana estaba pensando en presentar el enfrentamiento con un grupo de “terroristas” como derivación de un intento de atentado y no de un asalto a un edificio o de un tiroteo en otro contexto, como se ha hecho en otros lugares. Seguramente fue esto lo que llevó a SITE a difundir el sábado otro comunicado en el que se alude a Cambrils y a otros hechos del jueves y el viernes, con datos que se habían difundido por los medios y que en muchos casos contenían aún graves errores.
Ese comunicado contiene además la sorprendente afirmación de que se había atacado “a los judíos”, cuando por ejemplo el conocido restaurante Maccabi, situado muy cerca del lugar donde se detuvo la furgoneta, no fue objeto de ninguna agresión.
Pese a todas estas contradicciones, parece que a fuentes antiterroristas españolas este texto les pareció una reivindicación “creíble”.
www.elespanol.com/espana/20170820/240476230_0.html
Conclusión que extraemos: se demuestra que, una vez más, los comunicados difundidos no ofrecen ninguna verosimilitud, que no hay otros y que la intención de quien los redacta y da a conocer es atribuir a una organización yihadista internacional la comisión de los atentados. A fecha de hoy no consta, por tanto, ninguna reivindicación de los hechos que ofrezca una mínima credibilidad, por lo que no cabe sino afirmar que en este punto los verdaderos autores permanecen en silencio.
2.5 – Operativo en Cambrils
Respecto a lo ocurrido en el escenario de Cambrils, queremos subrayar la importancia que tiene descubrir la verdadera cronología de los hechos que, según se nos ha dicho, acaecieron allí.
Las primeras informaciones que alertan sobre que algo está pasando llegan, minutos antes de la 1:30 de la madrugada, a través del twitter del SEM y de los Mossosd’Esquadra: se dice que hay un operativo policial en curso, sin especificar la zona acotada, y se pide a la población que se encuentra en la localidad que evite salir a la calle y que no se ponga en peligro.
Es decir, inicialmente se habla de operativo policial, pero no de que haya ocurrido o esté desarrollándose ningún ataque terrorista.
Poco después de la hora citada, los Mossos informan a algunos medios que, como consecuencia de su operativo, han muerto 5 personas y que todas ellas serían terroristas que intentaban perpetrar un atentado: su coche habría volcado al intentar entrar en el puerto para atropellar a los viandantes. Algo más tarde las cifras comienzan a bailar. Cuatro muertos y un herido, tres muertos y un herido… Así, hasta que se confirma la cifra definitiva que ya se había proporcionado en un primer momento. Mientras, comienza a informarse también de la existencia de varios civiles heridos, dos de ellos graves, y se dice también que hay una amenaza de coche bomba.
Una de las personas que se encontraba en la zona y que quedó herida (Ana María Suárez, de 67 años) murió horas después. Los Mossos enviaron diversos tuits esa noche, y uno parece referirse a Ana María: “Abans de ser abatuts van ferir a la cara amb ganivet a una persona que es trobava al lloc dels fets”. En otras comunicaciones señalaron que el autor de las heridas fue el “quinto terrorista”, el único que había logrado huir del tiroteo inicial. Nos resulta increíble que los Mossos, que dirigían la operación y estaban recibiendo y gestionando la información in situ, no supieran qué había ocurrido. Y si lo sabían, ¿por qué las personas que acompañaban a la víctima, algunas de las cuales también resultaron heridas, desmienten el ataque con cuchillo y afirman que se trató de un atropello? Además, en ningún momento se observa al “quinto terrorista” portando armas blancas o de otro tipo.
Los vídeos que algunos transeúntes presentes en la zona han colgado en las redes sociales llaman poderosamente la atención. Nos vamos a fijar en tres:
1) Vídeo sobre el tiroteo inicial
En estas imágenes resulta sencillo comprobar que ya ha habido un intenso despliegue policial cuando se escuchan los disparos. La versión oficial apunta a un encontronazo entre la, por lo visto,despistada furgoneta de los terroristas y un control de la policía (si no hubiera sido así, los Mossos habrían hablado de atentado contra ellos) seguido por los disparos que “abaten” a los primeros. El intenso despliegue, lógicamente, habría tenido lugar después. Creemos que no es necesario hacer más comentarios.
En las imágenes no se ve cómo se realizan los disparos. Los Mossos dijeron después que un único agente había matado a cuatro “terroristas”. En principio, ¿qué nos importa si fueron uno, dos o tres? ¿Por qué ese interés en subrayar ese dato, del que habría que inferir que otros agentes del más que nutrido dispositivo no fueron capaces de disparar o no acertaron a darle a ninguno de los cuatro?
En realidad, es una información muy bien pensada, y claro que han de recalcarla, e incluso homenajear después a ese mosso. Porque llegará el juicio, y cuantos menos agentes sean llamados a declarar, mucho mejor: se evita así el riesgo de las versiones contradictorias o de que aparezcan dudas o datos que podrían interferir en el proceso, perjudicando al cuerpo de los Mossos y haciendo tambalear la versión oficial. ¿Quién disparó? El antiguo legionario, un ‘héroe’ reconocido. ¿Quién osaría sospechar?
Nadie.
El hecho de rendir homenaje al mosso, por cierto, va más allá de querer legitimar una execrable política de tirar a matar. Pensemos lo que se quiere transmitir: le condecoramos, por lo que debéis dar por supuesto que esos tipos no eran meros sospechosos, sino culpables de tomo y lomo.
2) Vídeo que se correspondería con la muerte del “quinto terrorista”
¿De cuál de los 5 jóvenes se trata realmente? Se han dado nombres diferentes, y por ello pensamos que es imprescindible que sus allegados puedan confirmar que la persona que aparece ahí es alguno de ellos. También si su comportamiento, la forma de moverse, de caminar, de hablar y sus gestos les resultan reconocibles.
En cualquier caso, su actitud resulta muy difícil de entender: no lleva armas de ningún tipo (recordemos que si el “cinturón de explosivos” es falso él lo debería saber) y por tanto el único atentado que puede cometer es asustar a la gente por las calles. Si lo que deseaba, en cambio, era huir, lo tenía más fácil si se hubiera desembarazado del cinturón para mezclarse con el resto de transeúntes que comenzaron a correr. Algunos testigos lo habían visto a la carrera cerca de estos, con los supuestos cartuchos en el torso, pero no en actitud de huida. ¿Y por qué en el incidente con la policía se lanza al suelo, como si acabara de ser herido gravemente, para acto seguido alzarse de nuevo, aparentemente sin ningún rasguño, y segundos después volver a caer cuando suenan más disparos?
En definitiva: si lo único que buscaba era ser acribillado, ¿por qué?
Que haya quien crea que un “yihadista” es per se una criatura absurda e irracional,que actúa como si estuviera bajo el efecto de sustancias, no se preguntará tales cosas.
La policía tampoco pareció actuar de una manera muy diligente. En el mundo ha habido muchos casos de personas que portaban cinturones con artefactos (verdaderos o falsos) y que han sido detenidas sin provocar muertos ni heridos. De todos modos, si en este caso los agentes se sintieron obligados a disparar para que el individuo no activara un posible artefacto,
¿por qué en la primera serie de disparos siguen haciendo fuego cuando el objetivo está en el suelo y en cambio en la segunda -tras la cual esa persona sigue moviéndose y por tanto podría también activar el explosivo- no lo hacen, arriesgándose a morir en la explosión?
3) Vídeo con personas aparentemente retenidas
Estas imágenes nos resultan especialmente inquietantes y pedimos que se observen con especial atención. Aunque la calidad es pésima, se alcanza a ver varias personas, de paisano, junto a agentes uniformados y otros individuos. Alrededor, varios coches policiales. Algunas de esas personas gritan, aunque lo que dicen no es inteligible. Una de ellas se encuentra sentada y permanece así, prácticamente inmóvil, hasta el final de la grabación. Otra, con una camiseta naranja que recuerda a la de la persona del video anterior (pero que no parece llevar pantalón negro), camina y se sienta. Al fondo surge la silueta de una persona, un varón, que permanece de pie, con una especie de peto o chaleco de una tonalidad clara en el que parece sobresalir algo a la altura del pecho. En un momento dado levanta los brazos ante la presencia de otras personas.
Es en ese preciso instante cuando un individuo, con toda probabilidad un policía no uniformado, comienza a correr, gesticular y gritar desaforadamente para que los vehículos que se aproximan abandonen la zona de inmediato. Otro policía comienza también a circular en ese momento y desenfunda su pistola. De la escena se desprende tensión, aunque no se percibe en ningún momento que se esté produciendo ninguna acción terrorista. Pese a ello, la única explicación que segundos después recibe el autor de la grabación por parte de un policía es “Hay un atentado”. Por nuestra parte, creemos que la situación se asemeja más a un posible intento, por parte de la policía, de evitar la presencia de testigos que a una actuación preventiva para proteger a la población de alguna amenaza.
No nos consta si en ese momento se ha producido ya el tiroteo contra los supuestos ocupantes de la furgoneta. Tampoco sabemos si se trata de una supuesta retención de sospechosos que circulaban por allí, o si lo que recogen estas imágenes es una parte de los preparativos para la simulación del enfrentamiento que ha de suceder un poco más tarde. ¿Podría ser, tal vez, que alguien estuviera entregando los “terroristas” a las personas que poco después iban a proceder a abatirlos? En cualquier caso, pedimos especialmente a amigos, familiares y a las diferentes defensas legales que analicen este material con especial detenimiento, debido a su potencial gravedad.
2.6 – El silencio ¿roto? de la “célula”
No sabemos por qué los miembros de la propia ‘célula’ no reivindicaron la acción (lo cual habría tenido un efecto propagandístico muy potente), pero no nos engañemos: eso nunca ocurre. Ahora bien: según los Mossos, uno de sus miembros dejó una nota… para sus padres.
He aquí, según el periódico El Mundo, el relato del hallazgo:
www.elmundo.es/espana/2017/08/21/5999faff468aeb11278b4638.html
Es decir, Said Aallaa estaba comiendo en su casa de sus progenitores el mismo día 17, muy poco antes de la matanza de la Rambla pero bastantes horas después de la explosión de Alcanar, donde se supone que ha muerto un miembro de la familia, aunque nadie en casa parece aún saberlo.Tras la comida,y siempre según su padre, Said se queda durmiendo y viendo la televisión. Algo más tarde recibe la llamada de “un amigo” (según cuenta AFP citando fuentes familiares) y sale de casa. Esa misma noche muere en Cambrils y la policía, que una vez más no parece tener mucho interés en interrogar concienzudamente a la familia o de detener a alguno de sus miembros ante la sospecha de que pueda estar mintiendo, acude a su casa para hacer un registro.
Entre los objetos que presuntamente requisan, se encuentra la ‘carta’ que, según nos dicen, un mosso encuentra en un cajón. En una escena más propia de un telefilm, ese u otro policía procede a leer el mensaje escrito en el papel “delante de todos los presentes”. Y dice:
“Pido perdón a las personas que pueda hacer daño estos días. Muchas gracias por todo lo que me habéis dado”.
Pese a la naturaleza del mensaje y a su relación con la muerte (propia y ajena) y sus causas, no hay saludo ni invocación alguna de carácter religioso. Sobra decir que las y los abogados de las familias de las personas que supuestamente pertenecían a la “célula” deben pedir diferentes análisis grafológicos para averiguar quién y en qué condiciones escribió esas líneas. Por nuestra parte, las posibilidades que contemplamos son solo dos:
Said Aalla nunca escribió tal cosa o fue obligado a hacerlo antes de morir.
Habría que escribir cientos de páginas para acabar de desmontar todas y cada una de las intoxicaciones y calumnias que se han emitido y que se siguen vertiendo sobre cada una de estas personas y sobre todas ellas en su conjunto. Y esa es la clave: en realidad no hubo conjunto ni célula hasta que alguien decidió “crearla” virtualmente apresando a varios jóvenes y a un antiguo imán de la mezquita de la localidad. El razonamiento de quien lo pensó era muy sencillo. Imaginémoslo:
Capturar a varios jóvenes es algo ineludible, pero no suficiente. Hacen vida demasiado normal, y elaborar un argumentario solo sobre ellos podría despertar sospechas. Nos arriesgamos a que no cuele. En cambio, si añadimos un imán -con algunos antecedentes por delincuencia común y por tanto fácilmente apresable- además de seguir situando la religión en el punto de mira,pocos albergarán dudas. La gente asocia fácilmente ‘imán’ con ‘radical’, así que ¡el imán los radicalizó! Una vez muertos, los presentamos como un grupo terrorista dirigido por él, presionamos a los detenidos para que “colaboren” acusándole, y listo.
Debemos recordar que ningún testimonio recogido en la localidad o fuera de ella atribuye a Abdelbaki Es Satty ideas religiosas extremistas, ni por asomo. En su momento se llegó incluso a pincharle el teléfono y tampoco nadie encontró el menor indicio de algo así o de su vinculación con el terrorismo. A pesar de ello, o precisamente por esa razón, la imperiosa necesidad de que el guión no tropiece y la enorme bola no estalle exige seguir intoxicando y vilipendiando la imagen de Es Satty y del resto de presuntos “yihadistas”.
Para terminar este apartado, queremos hacer una observación. De acuerdo a la versión oficial, cualquier medio podía haber titulado el mismo día 17: “Jóvenes de Ripoll asesinan a turistas en las Ramblas”. No estamos haciendo una broma fuera de lugar, sino reparando en el hecho de que realmente había más catalanes -y catalanoparlantes- entre los miembros de la “célula” que entre las víctimas que habrían causado, y que lo que en este punto se ha pretendido es intentar “extranjerizar” la imagen de dichos jóvenes focalizando la atención en su origen familiar o en su vínculo con el Islam. Este último es débil en este caso,por más que desde los medios se busque exacerbarlo, pero no importa: de lo que se trata es de guiar nuestra atención, como sea, hacia una identidad religiosa que en los medios y en gran parte de la sociedad se sigue contemplando como importada, alejada de “nuestra” (?) cultura y propia de inmigrantes y extranjeros.
2.7. En los viñedos de Subirats
Si hay una parte de la fase de encubrimiento de los crímenes que además de espanto produce hasta vergüenza ajena, es esta. Ni siquiera exige hacer un especial esfuerzo de interpretación.
Josep Lluís Trapero relató el lunes 21 que los Mossos d’Esquadra (dos de cuyos investigadores, según lo que se dijo, acababan de reunirse en esa misma zona) recibieron esa tarde sendos avisos de dos “testigos” -una mujer “experta en fisonomía” (sic) y un vecino del lugar- que apuntaban a que Younes, el fugitivo al que a esas alturas ya le habían adjudicado el papel de conductor de la furgoneta de la Rambla, se encontraba localizado en un entorno de viñedos en el Penedès. No se nos aclara si tal vez estaba preparando un atentado contra el sector vitivinícola de la comarca o sus intenciones eran otras, porque la policía, siempre según Trapero, lo aborda sin darle tiempo a gritar nada más que el popular Allahu Akbar! y desabrocharse la camisa para mostrar, cómo no, un cinturón “explosivo”.
Un cinturón que no llevaba en las fotos que los Mossos difundieron ese mismo día, teóricamente correspondientes al jueves 17, y que por tanto debió colocarse entre la camiseta y la camisa después, quizá para pasear más cómodamente por el interior de Catalunya en el suave agosto catalán.
Un cinturón que debía tener un aspecto terriblemente más sospechoso que los de Cambrils (que a esas alturas cualquier mosso ya sabía que fueron falsos) y que podría provocar especiales estragos en esa zona poblada de uvas, a juzgar por la actitud de los policías, que cosieron a tiros al joven desde una distancia de entre 10 y 15 metros de distancia. Según la lógica de lo que se nos cuenta, malograron así la posibilidad de interrogar al último de los supuestos autores materiales de todo lo que había pasado días antes y de paso conocer multitud de cosas: por ejemplo, quién-y dónde- le dio refugio durante esos días y qué conexiones locales e internacionales mantenía.
Horas después, se produce uno de los muchos hechos insólitos de este caso. Los propios Mossos d’Esquadra filtran a algunos medios digitales la imagen del rostro ensangrentado y deformado del fallecido, a modo de cabeza de la última pieza cazada (“abatida”). ¿Pretendían transmitirnos, acaso, que solo de esa forma podía acabar un ser inapelablemente culpable, sádico y abyecto? Las redes sociales fueron a partir de entonces pasto del odio más absoluto hacia Younes -quien jamás podrá ya hablar- y hacia todo lo imaginable. Nada más, señoría.
2.8. ¿Declaraciones autoinculpatorias?
El día de la declaración ante el juez de las cuatro personas detenidas, la mayor parte de los medios dieron pábulo a las “fuentes judiciales” que hablaban de que aquellos reconocían su participación en la célula y acusaban al imán de Ripoll. Todo parecía indicar que serían encarcelados sin paliativos al terminar de declarar, pero eso solo ocurrió en dos casos.
La necesidad de mantener a alguna persona encarcelada tras cada gran atentado ha llevado a prisión, por un lado, a un “miembro de la célula” que durante la tarde del atentado estaba haciendo vida normal en Ripoll y que además no había aprendido que, como sabemos todos los demás, los terroristas como sus compañeros se dejan siempre la documentación en el vehículo. Al final va a ser que alguien había arrancado muchas páginas del manual de seguridad del que hablamos casi al principio.
Por otro lado, se encuentra también en prisión un joven de 21 años, Mohamed Houli Chemlal, que podría convertirse en el Jamal Zougam de este caso. Como sabemos, Zougam lleva más de 13 años encarcelado, condenado por haber participado en la masacre del 11-M aunque él siempre lo ha negado.
Este caso fue objeto de varios trabajos de investigación, de los cuales el más importante es “Un nuevo Dreyfus. Jamal Zougam, ¿chivo expiatorio del 11-M?”
En el caso de Mohamed Houli, lo que se nos ha dicho es que resultó herido en la explosión de Alcanar, que fue posteriormente ingresado en un hospital, más tarde detenido por los Mossos y finalmente trasladado a una comisaría. Aún ha transcurrido muy poco tiempo para ver cómo evoluciona su situación, pero parece que ha habido un esfuerzo especial por presentarlo como culpable y atribuirle declaraciones autoinculpatorias.
Mohamed, según fuentes policiales y judiciales, declaró en dos ocasiones ante los Mossos d’Esquadra tras su detención. En la mañana del día en que iba a ser trasladado a la Audiencia Nacional para declarar (lunes 21 de agosto) fue trasladado de urgencia, por un motivo que no conocemos, al mismo hospital donde había estado ingresado. Más tarde fue trasladado a un cuartel de la Guardia Civil en Barcelona y ese fue el cuerpo que, por ser competente, lo condujo a la Audiencia Nacional. Allí declaró en silla de ruedas y llevando aún la ropa del hospital. Lo hizo, según algunos periodistas, cabizbajo y en un bajo volumen de voz. Según las fuentes judiciales citadas por varios medios, respondió a las preguntas y ratificó sus declaraciones firmadas en la comisaría de los Mossos.
El auto de diligencias previas por el que se decreta su ingreso en prisión (así como el ingreso de Driss Oukabir) justifica esta medida de este modo:
“En el presente caso, y a la vista de las diligencias practicadas el día de la fecha, y cuyo resultado se describe en los antecedentes fácticos de la presente resolución, cabe inferir la existencia de indicios racionales y fundados de criminalidad respecto de MOHAMED HOULI CHEMLAL y de DRISS OUKABIR, hechos que, de ser ciertos constituirían los delitos de integración de (sic) organización terrorista, de asesinatos y lesiones de carácter terrorista, y de depósito de explosivos y estragos para el primero de ellos, tipificados y penados por los artículo (sic) 572,2º, 573 bis 1, 1º y 3º, y 574,1º del Código Penal, que tienen asignada una pena que no puede de calificarse (sic) sino de extrema gravedad.”
A pesar de que durante la declaración de los detenidos y al finalizar esta algunos medios publicaron en grandes titulares que Mohamed Houli había reconocido diversos delitos, como su pertenencia a la “célula” y la preparación de otros atentados en lugares emblemáticos de Barcelona, tal reconocimiento no aparece en ninguna página del auto. Lo que se infiere es que se le encarcela por su presencia en la casa de Alcanar (donde, como hemos dicho, comienzan a aparecer de pronto una gran cantidad de “pruebas” incriminatorias) y por un dato que hasta entonces apenas era conocido: se dice ahí que su pasaporte estaba en el interior de la furgoneta de las Ramblas.
Recordemos que en un principio, en la misma tarde del jueves 17, lo que según los medios habían transmitido las fuentes de la investigación es que se buscaba a Driss Oukabir por haber alquilado esa furgoneta (sin mencionar a nadie más) y que había documentación suya en el vehículo. Días más tarde, las citadas fuentes, sin explicar por qué se demoraron en decirlo, afirmaron que además se había encontrado también documentación -en concreto, el NIE-de Younes Abouyaaqoub. Por lo que vemos en el auto, la versión final de la policía es que en ese vehículo había documentación de Mohamed Houliy de Younes, pero no de Driss.
En el auto se dice que Driss, así como Mohamed Hichamy y Younes, fueron identificados cuando la policía indagó sobre el alquiler de la furgoneta de las Ramblas en la empresa Telefurgo. La realidad es que durante las primeras horas después del atentado la policía solo mencionó a Driss y a su hermano, y no a Mohamed Houli o a Younes, a pesar de que según esa versión este último habría sido el que había abonado el alquiler (algo que teóricamente supieron los Mossos en la mencionada gestión con Telefurgo) y que además ya debían disponer de las supuestas imágenes correspondientes a la grabación de las cámaras de la Boqueria, imágenes -pero no vídeos- que por razones inexplicables no se divulgaron hasta 4 días más tarde.
Las rocambolescas modificaciones en la versión oficial -que se producen, como estamos viendo, en este y en otros muchos puntos- así como las circunstancias de la detención y declaración de Mohamed Houli, nos llevan a pensar que es absolutamente necesario exigir a los Mossos d’Esquadra que pongan a disposición judicial las imágenes, con la grabación íntegra de todos los interrogatorios, de las cámaras de la comisaria donde lo mantuvieron incomunicado durante 5 días. Los antecedentes de este y de otros cuerpos policiales del Estado español en lo relativo a la custodia de los detenidos no nos inspiran la menor confianza, y menos aún en un caso que parece estar gestionándose como un asunto de Estado.
En concreto, quien haya seguido en los últimos años las diferentes operaciones policiales contra el “terrorismo yihadista” encontrará no pocos casos de denuncias de amenazas y presiones para inculpar a los arrestados o convertirlos en “confidentes”. En julio se hizo eco de ello, por ejemplo, un medio próximo al régimen y nada sospechoso de defender a detenidos por yihadismo:
https://okdiario.com/investigacion/2017/07/10/malestar-audiencia-nacional-yihadistas-1139466
No queremos dejar este apartado sin advertir del grave riesgo que corren las vidas de las personas que permanecen en la cárcel, porque quien está dispuesto a hacer todo lo que ha hecho sabe que, a partir de aquí, todo sería más fácil si en su momento estas personas no estuvieran en el banquillo.
2.9 – Un guión recurrente
Los diferentes eventos ocurridos en Catalunya en el mes de agosto de 2017 contienen, una vez más, buena parte de los puntos del guión de otros atentados “yihadistas”:
- Los atentados van dirigidos preferentemente contra la población civil de cualquier edad y condición, incluso aunque haya posibles objetivos institucionales, militares o de otro tipo en las proximidades.
- Los “terroristas” a los que se atribuye la participación material en las acciones mueren en el acto o a las pocas horas. Si analizamos las grandes matanzas “yihadistas” ocurridas en los últimos años, comprobamos que no hay personas encarceladas como autoras materiales y que lo reconozcan. De hecho, tampoco quedan huidos. En otras palabras: la “célula” nace para la ocasión y muere con esta: nunca es capaz de prolongar su actividad, a pesar de que son personas a quienes la policía no busca previamente.
- Cuando no hay un ejercicio antiterrorista casi simultáneo al atentado (Madrid, Londres, etc.), existe un ‘aviso’ previo de alguna agencia:
¿prevención o señal?
Puigdemont desmintió que los Mossos recibieran la comunicación de la CIA de la que informó El Periódico. Rajoy y el CNI no han dicho nada al respecto. - Esto es un clásico: tras los atentados, las operaciones policiales ‘exitosas’se desencadenan inmediatamente, y lo suelen hacer gracias a que en los vehículos de los terroristas suele aparecer documentación propia o de compañeros o colaboradores. Pese a ello, algunos de estos suelen permanecer en sus casas, como es el caso de Driss Oukabir, actualmente encarcelado. El resto de identificados en esos documentos queda, de facto, condenado a muerte.
- El papel de SITE. “Reivindicación” breve y general emitida desde la “agencia Amaq” y que facilita la agencia estadounidense. Cabe preguntarse si una no es seudónimo de la otra. No hay otras fuentes ni textos de reivindicación.
- Los “terroristas” vivos niegan su participación en los atentados desde el principio o en última instancia. Ninguno aprovecha el juicio para reivindicarlos, defenderlos, contextualizarlos, defender su militancia en el ISIS y sus objetivos o hacer cualquier otro tipo de propaganda de las acciones en particular o de su opción político-religiosa en general. Una y otra vez ocurre lo mismo, de forma incomprensible si se trata de individuos que practican el terrorismo desde unas convicciones y dentro de una organización. Aunque debido a los titulares publicados haya quien no lo crea, esto incluye a las dos personas que siguen encarceladas en el caso que nos ocupa y para las que sus defensas pidieron la libertad provisional, tal como se recoge en el auto de diligencias previas 60/2017 del Juzgado Central de Instrucción nº 4 de la Audiencia Nacional.
- La “radicalización” como argumento explicativo. Este es un elemento peculiar, característico y casi se podría decir “exclusivo” de la trama comunicativa que rodea a estos crímenes. Como las personas inocentes no suelen tener en su comportamiento muchos rasgos de terroristas islámicos, hemos creado para ellas la categoría de radicalización. En realidad, nos es suficiente que se trate de personas musulmanas. Si lo son, el paso a destrozar personas con bombas, cuchillos y furgonetas es “lógico”, pues el Islam, para muchos,es por naturaleza fanático y “radical”. Así, da igual que los implicados en cuestión no parezcan criminales: es que eran musulmanes y se “radicalizaron” más (o los radicalizó alguien) y además en muy poco tiempo y con muchísimo disimulo, porque nadie se percató ni en el penúltimo día. ¿Que nunca antes en la historia mundial del terrorismo se usó semejante explicación de forma sistemática? Bueno, es que eran terrorismos diferentes. Hablando en serio, parece increíble que un argumento tan pueril siga surtiendo efecto, pero así es. Y nos recuerda otra línea de trabajo que hemos de impulsar mucho más: la lucha contra los mensajes, rumores y estereotipos criminalizadores de personas y comunidades.
- Sorpresa e incredulidad en el entorno de los detenidos. Los familiares y quienes pertenecen al círculo de los “terroristas” vivos y muertos quedan sacudidos y anonadados, sin poder creer que esas personas a las que tan bien conocían y con las que convivían fueran terroristas. Pese a pertenecer supuestamente a peligrosos y fanáticos grupos yihadistas, los acusados suelen ser personas que en no pocos casos ni siquiera visitaban las mezquitas ni manifestaban mayor interés por la religión o por cuestiones políticas.
- Presos abandonados. Ni ‘ISIS’ ni organizaciones civiles “yihadistas” que pudieran estar próximas al Estado Islámico (de las que en realidad tampoco hay constancia alguna de su existencia) realizan nunca la más mínima labor de apoyo dirigida a las personas presas acusadas de tener relación con los atentados o a sus familiares. El desamparo de todos ellos es en ese sentido absoluto, y llama la atención tratándose, según se nos dice, de organizaciones islámicas para las que el concepto de solidaridad y de apoyo dentro de la comunidad se supone que deberían ser vertebrales en su pensamiento y obra.
- Parte de los “terroristas” tiene antecedentes policiales no relacionados con el ‘yihadismo’ que podrían facilitar,por un lado, hacerles seguimientos con anterioridad y, por otro, mostrarlos ante la opinión pública, generalmente ya muertos, como malvados delincuentes. En realidad, lo que suele generar esta cuestión de los antecedentes es el sempiterno y falso debate sobre los “fallos” en la gestión previa de la información sobre los “autores”.
- Autoridades de los Estados donde se produce cada matanza anuncian, tras esta, futuros cambios legislativos u otras medidas excepcionales, frecuentemente relacionadas con la “seguridad” y en su caso el control de la información. En la época en que operaban violentamente en Europa organizaciones nacionalistas y/o de izquierda (articuladas y con cierto apoyo social, algo que no se da ahora) la represión podía ser feroz, pero la comisión de un solo atentado no solía ser suficiente para efectuar planteamientos de impacto sobre toda la población y con tal inmediatez.
- Se produce una especie de sobreactuación en la gestión posterior de la información. Durante las semanas siguientes al atentado,los medios se inundan de todo tipo de noticias, en ocasiones banales, lanzadas a golpe de titular (con poco más que eso se queda con frecuencia el consumidor) dirigidas a criminalizar a los presuntos culpables y a que la atención continúe orientada hacia ellos. En muchos casos las fuentes de esas “informaciones” es el Ministerio de Interior o directamente los cuerpos policiales. Esa sobreactuación está relacionada con la que también se practica durante la investigación de los hechos, como en el caso del “hallazgo” del supuesto texto de despedida al que hemos hecho mención. Por todo ello, paradójicamente los medios que operan como brazos informativos de los gobiernos y del capital (la gran mayoría) se convierten en la principal y más rica fuente para leer los trucos y errores de los discursos oficiales, y esa es la razón por la que incluimos varios enlaces a ellos en el presente trabajo.
- El discurso de la inevitabilidad, al que en parte ya hemos aludido. Si hace algunas décadas algún político español o británico hubiera afirmado algo así como que “la población (española o británica) debe asumir la inevitabilidad de los atentados de ETA o del IRA” no habría tardado en tomar el camino de la dimisión. En cambio, ese es el discurso que, especialmente en Francia y en Israel,han repetido con frecuencia varios dirigentes en el contexto de los atentados del “Estado Islámico” en Europa. Este punto merece por sí solo una mayor profundidad en el análisis y por razones de espacio no lo podemos abordar. Simplemente señalamos ahora que lo que se pretendería con tales mensajes es normalizar la presencia de este terrorismo (que habría venido “para quedarse”, como dicen algunos), desviar las críticas por la inseguridad (y si hay que atizarle a alguien, que sea al Ayuntamiento de Barcelona) y provocar desánimo en la ciudadanía, pues poco se puede hacer contra atentados tan ‘fáciles’ y ‘lowcost’, salvo implantar más y más medidas, que nunca serán suficientes. Esperamos que con este documento hayamos provocado en algún lector o lectora una reflexión sobre que quizá no son tan “sencillos”, tan “lowcost” ni tan inevitables. Por último, se trata de un discurso que va muy unido al de la guerra (el belicismo siempre presente) que estaríamos manteniendo, como ciudadanos civilizados, contra el salvajismo musulmán yihadista.
En definitiva, creemos que la constante aparición de estas y otras muchas semejanzas entre los contextos de crímenes perpetrados en diferentes momentos y lugares por personas no relacionadas entre sí, debería llevar a cualquier observador y observadora atenta a romper cualquier resistencia y pensar en la posibilidad de una superestructura coordinada que ejerce la organización, gestión y supervisión de los crímenes y posteriormente conduce la información en una dirección determinada.
3. CONCLUSIONESY PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN
3.1 – Conclusiones
El cúmulo de mentiras, contradicciones, trucos e intoxicaciones encontradas hasta ahora nos llevan a afirmar que la masacre del 17 de agosto en Barcelona solo pudo ser una acción de bandera falsa atribuida a personas inocentes sin ningún vínculo con el terrorismo islamista. La parte central del operativo habría estado constituida por dos líneas paralelas y casi simultáneas: por un lado, la preparación y ejecución de la matanza de Barcelona; por otro, el seguimiento y secuestro de las personas a las que se iba a adjudicar la autoría del citado ataque. Existe una tercera parte, llevada a cabo por servicios que presumimos que no conocían con anterioridad los planes criminales pero que a posteriori encubren y fabrican la versión oficial de los hechos: sería la rocambolesca “trama de enmascaramiento”,construida, inevitablemente, con dificultad y de la que ya habló el periodista Fernando Múgica en el caso del 11-M; los asesinatos de los jóvenes de Ripoll se sitúan en esta fase.
Pocas dudas albergamos, por tanto, sobre la farsa. Una cuestión diferente es responder a la pregunta de qué es lo que ocurrió entonces. Ya hemos adelantado parte de nuestra percepción, y lo continuamos haciendo ahora.
Hemos observado las características de otros atentados perpetrados en Europa y analizado especialmente la información proporcionada por diferentes periodistas e investigadores. Entre ellos debemos citar a Hicham Hamza y su proyecto de investigación Panamza www.panamza.com a Cyrille Martin para el caso de Jamal Zougam, y al ya fallecido Fernando Múgica y a otros para el caso de la matanza de Madrid en 2004. Respecto a este último periodista, recomendamos la lectura de este artículo póstumo, ‘La gran patraña del 11-M’, publicado en un medio que ensucia su memoria y trabajo publicando ahora también, como lo ha venido haciendo desde su nacimiento, una intoxicación tras otra:
www.elespanol.com/espana/20160521/126487531_0.html
A diferencia del 11-M, en el 17A de Catalunya detectamos que para su ejecución no solo ha habido una razón externa, geoestratégica, sino también una interna relacionada con intereses propios del gobierno español. Respecto a la primera, estos crímenes se situarían en el contexto de la estrategia criminal iniciada hace varios años en otros puntos del continente (en concreto en Francia y en Bélgica).
Pensamos que a estas alturas existe ya información suficiente para considerar que lo que vamos a afirmar ahora no es una mera especulación: esta estrategia, que para sobrevivir y desarrollarse se ha extendido a otros países, tiene una dirección política y está siendo ejecutada por aparatos de inteligencia de esos Estados, con la intervención y cobertura de servicios de otros países de la UE, de Israel y de Estados Unidos. Hacemos aquí un paréntesis para recoger el especial interés del primer ministro israelí por ser informado y seguir en directo, con gran detenimiento, los acontecimientos del día 17:
La matanza de Catalunya no solo no parece ser, por tanto, una acción aislada, sino que significaría que la hoja de ruta de los asesinos continúa y que el gobierno español es por ahora el último que ha decidido participar en ella. No es en absoluto descartable, por tanto, que a partir de ahora se produzcan algunas otras operaciones, de mayor o menor intensidad, en su suelo.
Es en este momento -tras un somero análisis de lo sucedido- cuando es más pertinente intentar responder a la pregunta de quiénes y qué ganan con esto.
El propósito a corto plazo de esta estrategia sería, desde nuestro punto de vista, consolidar en los pueblos de Europa el imaginario de un cruel y fanático enemigo externo asociado a una religión con arraigo en todo el mundo, enemigo que pretendería terminar con “nuestra forma de vida” asesinándonos en cualquier momento y circunstancia. Este propósito se convierte así en un medio para el logro de los objetivos finales, pues el miedo ante acciones criminales presentadas como casi”inevitables” de prever y abortar llevaría de forma natural a aceptar sin condiciones la legitimidad de los Estados para:
- Aplicar medidas de control en todos los órdenes, con efectos sobre la población en general y sobre determinados sectores y comunidades en particular (especialmente las y los musulmanes), que devienen así en chivos expiatorios criminalizados por una parte considerable de la sociedad.
- Modificar las legislaciones en el sentido del recorte de derechos y libertades. El gobierno del PP ya ha anunciado que valorará modificar (una vez más) el Código Penal, en este caso como consecuencia del atentado de Barcelona.
- Seguir incrementando el gasto militar y de seguridad para, además de intensificar el citado control y las posibilidades de represión interna, continuar sosteniendo las políticas de guerra, las ocupaciones y las intervenciones militares en Oriente Medio, África y otros lugares del planeta.
- Desviar la atención para debilitar a la ciudadanía y a los movimientos sociales, desactivando el trabajo de construcción de modelos diferentes al capitalista e intentando provocar en el seno de las clases populares el enfrentamiento, la desconfianza y la fractura social.
- Destruir la solidaridad con las personas migrantes y refugiadas y justificar las criminales políticas migratorias.
- En el caso de este atentado, la elección del lugar y la fecha apunta a la existencia de un importantísimo objetivo que añadir a la lista y que sin duda ha sido incorporado por el gobierno español del PP: golpear, en un momento clave, la dinámica colectiva que en Catalunya puede llevar a la liberación de su pueblo.
No hay que olvidar, por otro lado, que Barcelona es la ciudad que este mismo año acogió la mayor movilización habida hasta ahora en el mundo en defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas (acto final de la gran campaña Casa Nostra, Casa Vostra) y que meses después el pleno de su Ayuntamiento aprobó una moción para asegurar en los contratos el respeto de los Derechos Humanos (pensando especialmente en las empresas vinculadas a la ocupación de Palestina) y reconocer la legitimidad de iniciativas no violentas como la campaña BDS.
Golpear a esa Barcelona activa e inmersa en un complejo proceso de debate, participación y transformación social, una urbe inquieta y solidaria donde conviven en paz personas de cualquier creencia o práctica espiritual (cristianas, musulmanas, judías, budistas…) o sin ella, una capital que acoge a seres de cualquier ideología, lengua, identidad sexual o sentido de la vida, ha sido también el objetivo. Esa Barcelona creativa, libertaria, burguesa, obrera, festiva, castellera, conflictiva, conservadora, irreverente, tempestuosa, clasista, agobiante, precaria, gentrificada y en ebullición, esa ciudad compleja con todas sus luces, contradicciones y grandes problemas sociales estaba en el punto de mira y ha recibido el golpe, pero está sabiendo reaccionar como ninguna otra.
En relación a este último objetivo y a la segunda razón que hemos mencionado antes, la interna, hay que decir que el desarrollo de los diferentes atentados de “ISIS” habidos en Europa a lo largo de los últimos cinco años sugiere que no es posible efectuarlos sobre el terreno y sin mayores contratiempos -como ha ocurrido hasta ahora- de no existir algún tipo de información previa y consentimiento por parte de servicios y autoridades de los Estados donde han tenido lugar.
En el caso del gobierno español y las fuerzas a su mando, ha podido dar la sensación, en un contexto de rifirrafes entre administraciones y policías, de que se han mantenido al margen mientras la policía autonómica catalana gestionaba y ejecutaba, a trompicones y lo menos torpemente que podía, el trabajo sucio tras la matanza de Barcelona, seguramente pensando que, si no lo hacían, estallaría una crisis colosal. Sin embargo, todo apunta a que son precisamente el gobierno español y sus aparatos de inteligencia los principales responsables de que haya podido suceder esta barbarie. No albergamos ninguna duda en relación tanto a su conocimiento de lo que iba a ocurrir como a su participación en diferentes fases.
El gobierno español, que mantiene excelentes relaciones con varios de los Estados que hemos citado en este artículo, obviamente no facilitó ningún dato a las autoridades catalanas, pero no sobre los miembros de una “célula” que nunca existió, sino sobre qué se estaba preparando y para qué. Se podría decir que, de algún modo, el PP ha eludido a las autoridades y a la policía catalanas-salvo ese aspecto ya mencionado del último trabajo sucio- como los autores del 11-M eludieron al primero en la fase previa y ejecución de aquella masacre, solo que en esta ocasión no ha habido un “baile” en la adjudicación de la autoría del crimen, con todo lo que eso supuso entonces.
Queremos creer que cuando el diputado de ese partido y antiguo ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirmó en julio que
“a partir de la segunda quincena de agosto empezarán a pasar cosas en Cataluña” …
no se estaba refiriendo al objeto de este artículo. No podemos concebir tamaña torpeza por su parte. Pero el gobierno del PP sí ha dado indicios, tras la masacre, de conocer bien el contexto y la realidad de lo que ha pasado. Es un indicio la extraña tranquilidad con la que han parecido reaccionar: Zoido (ministro del Interior) dio por desarticulada la “célula” poco más de un día después de los hechos de Barcelona y Cambrils, creando una disonancia a la postre de corto recorrido con la Generalitat, porque se suponía que aún faltaba por atrapar nada menos que al conductor de la furgoneta de Barcelona, y que además el grupo podía tener muchas conexiones.
Contemplamos también como indicio otra actitud. Si nos creemos lo que se está contando, se habría dado un espectacular salto cualitativo de la realidad del “terrorismo islámico” en el Estado español: así debería calificarse el que el supuesto ISIS atente por primera vez en la Península, que lo haga mediante jóvenes sin antecedentes, que siga amenazando y que por tanto pueda contar con infraestructura capaz de golpear cuando, donde y contra quien quiera. Pues bien, ante ese salto, el gobierno sigue con su agenda a medio y largo plazo (la ya anunciada reforma del Código Penal se sitúa ahí) sin mostrar, más allá del refuerzo de algunas medidas, ningún síntoma de inquietud y sin tomar decisiones excepcionales en lo más inmediato.
De hecho, han llegado a afirmar que no se prevén nuevos atentados en breve plazo.
Contrasta esta postura con las filtraciones periódicas que medios próximos al partido del Gobierno han hecho en los últimos dos años. Noticias que apuntaban a una próxima realización de atentados en territorio del Estado español y en concreto en Barcelona y que, junto a otras informaciones sobre atentados, parecían buscar que se difundiese en la propia capital catalana y fuera de ella cierta sensación colectiva de la inminencia e inevitabilidad de algo así.
En lo que sí ha demostrado tener el gobierno español un especial y urgente interés es en que la investigación del 17A quede ya bajo el control del Ministerio del Interior y de la Audiencia Nacional:
www.alertadigital.com/2017/08/25/la-audiencia-nacional-focaliza-en-el-ministerio-del-interior-lainvestigacion-de-los-atentados
También se han apresurado en pedir la suspensión del referéndum y en asociar, sin ningún rubor, migración irregular y terrorismo.
Estamos hablando, en definitiva, de que los gobiernos de algunos Estados europeos y de fuera del continente han ampliado su monopolio interno de la violencia al campo del terrorismo camuflado en sus propios territorios (fuera ya lo hacen desde hace tiempo y casi siempre sin necesidad de ocultarse) para lograr algunos de sus objetivos. En el Estado español ya hay antecedentes, con y sin colaboración con otros Estados, como el francés: BVE, GAL, caso Scala en la propia Barcelona para acusar a la CNT, etc. El caso que nos ocupa es una nueva modalidad, pero en la razón de Estado el fin de conseguir réditos siempre justificará los medios.
3.2 Investigación y acción
Sugerimos a las y los investigadores independientes, y por extensión a todas las personas que se encontraban en cualquiera de los escenarios o en sus proximidades, que en el caso de los hechos de agosto de 2017 en Catalunya intenten conocer todo lo posible acerca de estos aspectos:
- Estudiar los posibles seguimientos previos (durante los días o semanas anteriores) a las personas vinculadas con la localidad de Ripoll que desaparecen entre el 16 y el 17 de agosto. Vecinos del pueblo afirman que un individuo que identificaron como “francés” -y que no identifican con el imán- llevaba cierto tiempo en la localidad y que en ocasiones permanecía hablando por móvil durante largas horas en un vehículo. Es necesario hablar con vecinas y vecinos de la localidad y averiguar si esa o tal vez otras personas participaron en el que creemos que puede considerarse el operativo que se desarrolló paralelamente al de los preparativos de la ejecución del atentado: el que llevaría a la captura de quienes más tarde serían utilizados como chivos expiatorios.
- ¿Cómo fue esa captura? Tenemos la seguridad de que fue rápida y discreta, pero necesariamente escalonada, ya que no era posible “convocarlos” a todos en un mismo sitio y hora. Así lo indican lo demuestran las diferentes horas de desaparición. Esto, a su vez, lo consideramos como un indicio más de que no hubo “célula”, porque tal grupo no se habría comportado jamás de ese modo(sin un mínimo de cohesión) y menos aún si quería hacer lo que se nos dice que hizo. Se nos ocurre que esa parte del operativo se pudo hacer simulando, por ejemplo, una detención por cualquier motivo, o simplemente contactando con ellos tras haber ganado previamente su confianza en el transcurso de algún tipo de relación. ¿Quién acompañaba y en qué situación parecían estar los tres jóvenes que fueron vistos en una furgoneta el jueves 17 hacia las 9 de la mañana y que no volvieron con vida? Debemos también preguntarnos cómo se explica, si es que no ha habido un seguimiento previo, que la “investigación” oficial haya encontrado y difundido imágenes de algunos de estos jóvenes (en un banco, una tienda, etc.) que corresponden a horas o días antes de los atentados y a ubicaciones diferentes a estos.
- Por esa razón, urge obtener información detallada sobre a qué hora y dónde se pierde el contacto con cada uno de los desaparecidos domiciliados en Ripoll. Por ejemplo, una hermana de Moussa Oukabir cuenta aquí, a partir del minuto 2:30, que vio a su hermano y mantuvo una breve y banal conversación con él por última vez hacia las 2:00 de la madrugada del jueves 17 de agosto:
Siendo personas que en la mayor parte de los casos mantenían una relación fluida con sus familias y entornos, llama la atención que no permanezca detenida ni una sola persona bajo la acusación de haberles ofrecido cobijo o apoyo o de haber tenido conocimiento previo de los “planes”. Estudiar las preguntas que hizo la policía a familiares y amigos resulta también de gran interés.
- Tal vez sea ya tarde, pero sería necesario realizar autopsias con la presencia de forenses de la confianza de las familias y cotejar los datos que puedan desprenderse de ellas con los diferentes puntos de la versión oficial, empezando obviamente por las causas (comprobando asimismo la distancia a la que se efectuaron los disparos en cada caso) y el momento aproximado de las muertes.
- Analizar, en la medida de lo posible, imágenes de cámaras de Barcelona no situadas en dependencias oficiales y que quizá no hayan pasado aún a disposición de la investigación oficial, con el fin de comprobar si de ellas se puede extraer algún dato acerca del recorrido que pudo realizar la furgoneta antes de llegar a la calle Pelai.
- Estamos seguras de que ni la Guàrdia Urbana de Barcelona ni la inmensa mayoría de Mossos d’Esquadra han participado en actividad alguna relacionada con el enmascaramiento de la masacre. Pero es posible, especialmente en el caso de los Mossos, que algunas y algunos de sus miembros hayan recibido instrucciones u observado actuaciones irregulares, oscuras o extrañas. Si fuera así, tendrían la responsabilidad de tomar nota de ellas y en su caso investigarlas, denunciarlas y exigir las explicaciones oportunas. –
- A los equipos jurídicos que prepararán la defensa de los procesados les toca estudiar, entre otras muchísimas cosas (creemos haber dado numerosas pistas a seguir), el origen y la cadena de custodia de todo el material que se dice que apareció en la casa de Alcanar. También deberían estar alertas ante un fenómeno que es muy característico de todas las fases posteriores a atentados como este: la proliferación de “testigos protegidos” anónimos cuyos supuestos testimonios sirven siempre para intentar cubrir los abundantísimos agujeros de la versión oficial.
- Explorar si el hecho de que Pau Pérez residiera en Vilafranca (el 17 estuvo allí) y de que Younes Abouyaaquob apareciera muerto en Subirats (localidad situada a unos 15 km. de la primera) es algo casual o puede sugerir la existencia de alguna infraestructura en el Penedès utilizada para alguna fase del operativo, como por ejemplo la retención de las personas secuestradas hasta el momento de su ejecución en cada escenario. En este sentido, resulta crucial analizar en lo posible las últimas horas de la vida de Pau, para descartar entre otras cosas que pudiese haber sido testigo de algo extraño, y que ello en última instancia le acarreara la muerte. También es muy importante saber qué tipo de heridas había en su cuerpo y si son compatibles, por ejemplo, con las que podría infligir alguien adiestrado en técnicas de combate con arma blanca.
- Es necesario encontrar testimonios y datos acerca de la operación policial en Cambrils, prestando especial atención a la muerte de Ana María Suárez. A pesar de que se ha dicho una y otra vez que fue apuñalada por el “terrorista” que habría huido de la furgoneta tras el enfrentamiento con la policía, ya hemos dicho que su familia insiste en señalar que ella y sus familiares fueron víctimas de un atropellamiento. Además, al menos hasta el día del enterramiento de Ana María apenas habían recibido información sobre lo que sucedió desde fuentes oficiales.
¿Con qué vehículo se realizó esa agresión y en qué momento sucedió?
Al mismo tiempo que llamamos a tejer una investigación, que será alimentada por la curiosidad que despiertan tantas contradicciones y mentiras, queremos también subrayar la necesidad de sacar la discusión a la luz pública y de emprender el camino de la movilización. No podemos dejar que se salgan con la suya después de haber hecho tanto daño. Mirar a otro lado y callarnos sería un gigantesco error. La impunidad no es una opción, por más que el Estado y todos sus colaboradores intenten entorpecer, manipular o destruir todo lo que se haga a partir de ahora. Intentos, por otro lado, que en cualquiera de las formas en que puedan ocurrir debemos detectar, registrar y denunciar abiertamente.
Démonos cuenta de la dimensión y especial gravedad de tantas cosas que ocurrieron esos días y sepamos aprovechar nuestro tiempo: de ello depende nuestro presente y futuro, y el de muchas personas en todo el mundo.
“Lo único necesario para que triunfe la maldad, es que la gente buena no haga nada”.
Reproducción íntegra de
28 de agosto de 2017
Red de Solidaridad Popular – RSP 17